Las experiencias digitales e inmersivas están desdibujando cada vez más los límites de nuestras experiencias físicas en tiempo real. Como el mundo que nos rodea está cada vez más distribuido, estamos encontrando nuevas formas de conectarnos «virtualmente» desde cualquier parte del mundo.

Gran parte de este debate ha girado en torno al «metaverso». Aunque las conversaciones y los titulares son cada vez más destacados, el «metaverso» no es nuevo. Está construido sobre la base de experiencias tecnológicas inmersivas y «universos» digitales que muchos de nosotros hemos experimentado a través de juegos, activaciones de hologramas en eventos o en el escenario – incluso nuestras reuniones «virtuales» son en cierto modo – un elemento fundacional para este futuro inmersivo.

Entonces, ¿por qué se está generando con fuerza esta conversación? Las inversiones tecnológicas se están acelerando. Microsoft adquirió recientemente el desarrollador de juegos Activision Blizzard por 68.700 millones de dólares. Google lleva años desarrollando tecnología relacionada a realidad virtual y aumentada. Fortnite presenta un avatar personal que lucha contra los avatares de otras personas. Hace seis años que Sony lanzó PlayStation AR. Walmart incluso está evaluando una presencia digital con una colección de fichas no fungibles (NFT).

Buscamos formas de conectar con la gente, los lugares y el entretenimiento sin tener que salir de un espacio físico. Y estas experiencias van más allá del entretenimiento y el comercio minorista. Chile ya ha desplegado una experiencia inmersiva en la industria minera, ofreciendo gemelos digitales de plantas industriales para la exploración de minerales.

Veremos oportunidades de aprendizaje inmersivo con aulas virtuales en todo el mundo. Podremos «viajar» a nuevos lugares y relacionarnos con más personas sin tener que subir a un avión o conducir largas distancias.

Gartner prevé que, en 2026, el 25% de las personas pasará al menos una hora al día experimentando en el metaverso (para trabajar, comprar, educarse, interactuar con otros en las redes sociales y/o entretenerse). Esto requiere la adopción de la conectividad global, incluido el despliegue generalizado de la 5G y la infraestructura de borde habilitada por la nube que la soporta.

Necesitaremos capacidades de computación en tiempo real que soporten cargas de trabajo de datos masivos que combinen datos visuales, inteligencia artificial y aprendizaje automático. Y como todas estas cargas de trabajo se producen en entornos de borde, veremos una aceleración de los datos y la computación descentralizada: necesitaremos más potencia de computación en más lugares junto con potentes PCs, dispositivos móviles y plataformas y aplicaciones de borde.

En la actualidad, el camino que seguimos consiste en combinar lo físico y lo digital en tiempo real. Se trata de crear experiencias verdaderamente inmersivas al tiempo que se aporta valor a múltiples sectores, donde los datos se convierten en una ventaja competitiva en el punto de creación. Los requisitos tecnológicos para crear una experiencia inmersiva van desde la RA/VR y los teléfonos móviles hasta los sensores alimentados por una infraestructura fiable. Los servidores, las redes y el almacenamiento se alojarán en un entorno multinube que desplegará aplicaciones de alto rendimiento y escalables con seguridad de extremo a extremo.

Al igual que gran parte de los avances tecnológicos que Dell Technologies ha permitido en los últimos 30 años, son el ecosistema y los estándares abiertos los que hacen realidad estas experiencias que cambian el juego. Es por ello que estamos invirtiendo en el ecosistema tecnológico del futuro, para ofrecer la innovación y los avances tecnológicos que proporcionan computación en el Edge y en todos los lugares donde existen datos a través de un ecosistema multi-nube. Es por lo que estamos invirtiendo en un ecosistema abierto para que los proveedores de servicios de telecomunicaciones y comunicaciones hagan realidad el 5G y la hiperconectividad. Por eso estamos creando experiencias de PC y de juego altamente personalizadas y construidas para las experiencias digitales del futuro, e invirtiendo en capacidades de RA/VR que tienen el potencial de transformar no solo el entretenimiento, sino la forma en que trabajamos, vivimos y aprendemos.  

Las experiencias inmersivas ofrecerán increíbles oportunidades de conexión, colaboración, aprendizaje y capacitación: tienen el potencial de unirnos y cerrar las brechas que crea la distancia física. Años de innovación y descubrimientos han aportado avances fundamentales en las experiencias inmersivas, y estamos en la cúspide de una nueva realidad «virtual» que requerirá todo el peso del ecosistema tecnológico abierto para hacerla realidad.