El mercado de los celulares se ha expandido fuertemente en los últimos tiempos. Una constante de estos dispositivos tecnológicos es su división en sus gamas baja, media y alta. Ofreciendo cada una de ellas un sinnúmero de características diseñadas a satisfacer las necesidades de los consumidores, desde los más básicos hasta los más exigentes.

Sin embrago, en los últimos años ha surgido un nuevo apartado de celulares que se ha creado para satisfacer los gustos de los usuarios más puntillosos: los teléfonos gamer.

Hasta hace algunos años, palabras como taza de refresco, tipo de pantalla, tipo de procesador o capacidad de enfriamiento pasaban desapercibidas para el usuario promedio de un teléfono. Sin embargo, con el pasar del tiempo y debido a la tendencia de las personas a querer llevar toda su tecnología en un solo dispositivo que quepa en su bolsillo, estas características fueron convirtiéndose en necesarias para el público al que no le bastaba con tener un dispositivo dedicado al gaming y otro dedicado a la comunicación.

Debido a ello, surgió una nueva gama de dispositivos dedicados exclusivamente a los amantes de los videojuegos y para quienes una consola portátil no representaba totalmente el concepto de portabilidad: los teléfonos gaming.

Esto significó una evolución en el desarrollo de celulares, y puso a los fabricantes a ingeniárselas para poder concentrar la potencia de una consola de sobremesa en un dispositivo tan pequeño como es un smartphone. Pero ¿Cuáles son los requisitos que debe cumplir un teléfono para ser considerado gamer?

Potencia

Un teléfono no puede ser considerado gamer si no tiene la capacidad de correr los últimos juegos del momento. Los desarrolladores de videojuegos han colaborado a ello, gracias a la adaptación de sus títulos más importantes al ecosistema móvil. Un ejemplo de ello es Epic Games con su bastante jugado FORTNITE, un juego que requiere de unas especificaciones bastante exquisitas para poder ser disfrutado en su totalidad. Es por ello que los dispositivos gaming deben contar con un procesador tope de gama para poder estar a la altura de los usuarios que quieren poder jugar los mejores títulos con gráficos a tope y una buena cantidad de fps.

Pantalla

Un juego, aparte de su historia, también entra por los ojos. Es por ello que un celular bien llamado gamer debe poseer un panel que permita disfrutar de los gráficos que el procesador nos otorga. De nada sirve tener un teléfono con un procesador tope de gama, si la calidad gráfica no va a poder ser disfrutada al 100% debido falencias del panel.

Las pantallas OLED son una excelente opción en estos casos, por lo que el teléfono debe contar con una de estas para poder ser considerado gamer. Este tipo de pantallas ofrecen una excelente resolución y una buena calidad de colores, generando una experiencia positiva al momento de disfrutar de cualquier videojuego.

Otro característica muy importante que debe tener el panel, es la frecuencia de actualización. Una tasa de refresco de mayor número permitirá tener una experiencia más fluida al momento de jugar. Lo recomendable es que teléfono cuente con una tasa de refresco de 120 hz como mínimo.

Autonomía

Si los usuarios deciden convertir su teléfono móvil en una consola es precisamente por su portabilidad. De nada sirve tener un teléfono con características potentes si cuando necesitemos jugar, este se encuentre con poca batería o, peor aún, debamos estar pegados a la pared con el cargador para poder empezar a jugar. Es por ello que un teléfono bien denominado gamer debe contar con al menos 5000 mAh de batería.

Manejo de temperatura

Para poder ejecutar un juego de elevados requerimientos, el procesador y la GPU deben desarrollar su máxima potencia. Esto genera calor, el valor de un teléfono gaming se centra en su capacidad para poder gestionar esas altas temperaturas. Para nadie es un secreto de que si el dispositivo se empieza a calentar, su rendimiento se va a ver afectado, aún si cuenta con un procesador de gama alta. Es por esto que un teléfono verdaderamente gaming debe contar con un sistema de enfriamiento que impida que las temperaturas se eleven y afecten el rendimiento y la duración de la batería.

Como se ha visto, un teléfono gaming debe cumplir rigurosos requerimientos para poder ser denominado como tal y no quedarse solamente como un teléfono de «gama alta», ya que será un dispositivo que debe brindar horas de entretenimiento sin trabarse o convertirse en un horno. Es por ello que hay que saber analizarlo muy bien en base a las características que se han planteado anteriormente.

Por Cristian Santiago

Periodista de tecnología y creador de contenido.